¿Qué es lo primero que se te viene a la mente si te digo: Michael Jordan? Seguramente básquetbol y sneakers, ¿cierto? El primero porque fue el deporte en el que destacó durante su carrera, y el segundo porque quién no conoce los Jordans, sus icónicos tenis que se han convertido en un básico del street style.
Jordan es considerado por muchos como el mejor jugador de básquetbol de la historia, lo dicen la crítica, el público, los técnicos y sus propios compañeros. Por ejemplo, el ex basquetbolista de los Lakers “Magic” Johnson mencionó: “está Michael Jordan y luego el resto de nosotros”.
Mientras que después de verlo anotar 63 puntos en un partido de playoffs contra los Boston Celtics, el miembro del Salón de la Fama, Larry Bird, dijo que había visto a “Dios disfrazado de Michael Jordan”.
Entre sus logros deportivos se encuentran:
El resumen de su carrera en el básquetbol refleja a un atleta fenomenal, que no sólo reúne habilidades deportivas como su velocidad, precisión y salto, sino que también se destacaba por su liderazgo, gran carisma y capacidad de improvisación en momentos críticos, algo que a todos nos gustaría tener.
Checa este gran momento de su carrera, su último juego con los Bulls de Chicago, donde en los últimos 40 segundos del partido logró encestar la canasta que le dio el 6to campeonato a los Bulls de Chicago
Además de su legado en el mundo deportivo, el mítico jugador de los Chicago Bulls se ha posicionado como un ícono de la pop culture y del streetstyle que ha pasado de las calles de Estados Unidos al resto del mundo.
A partir de los años 80, Estados Unidos exportó su modelo económico y con ello, su cultura: la Coca-Cola, las hamburguesas, el streetwear, su música, el cine y sus deportes comenzaron a ponerse de moda entre las generaciones más jóvenes alrededor del mundo.
Pero hubo un acontecimiento que contribuyó en este proceso: el equipo de básquetbol estadounidense, conocido como “Dream Team”, ganó las Olimpiadas de Barcelona 1992.
El “Dream Team” causó un gran impacto a nivel mundial, y sus jugadores se transformaron en referentes de la industria cultural. Pasaron de ser estrellas del deporte a rostros de grandes marcas y estrellas de cine, ¿te acuerdas de cuando Michael Jordan se aventó un juego de basquetbol con los Looney Tunes en la película “Space Jam”?
En 1984 Jordan era un rookie de los Bulls, pero su trayectoria universitaria era tan espectacular que desde sus inicios ya muchos aseguraban que sería un referente en el deporte. Nike lo pensó así y creó un plan de marketing disruptivo: Jordan sería el primer basquetbolista en representar a la marca, y el primero en romper la norma de los white sneakers en la NBA.
Sus sneakers no fueron excluidos por su material o porque dieran alguna ventaja competitiva, sino por su color. La indicación de la NBA es que los tennis tuvieran un color coordinado con el de su uniforme, por lo que incluir demasiado rojo en el diseño de los Jordan 1 desafiaba esta norma.
De hecho, Michael Jordan debía pagar una multa de $5,000 Dls por cada partido que jugara con sneakers de un color distinto. Afortunadamente, Nike se encargó de cada uno de esos pagos.
Así nacieron las Nike Air Ship que Jordan lució en tres combinaciones distintas: blancas con rojo y negras con rojo. Después vendrían las Air Jordan I y toda una colección de tenis y prendas que siguen marcando tendencia en el streetwear.
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