Todos nacemos con fuego en nuestro interior. Unos tienen el fuego en la cabeza: son los genios. Otros tienen el fuego en el estómago, son los políticos viscerales y ambiciosos. Pero hay los que tienen el fuego en el pecho: esos solo alivian la fiebre con riesgo, atrevimiento, creación y expresión. Estos son los que encienden su llama haciendo todo a tope, todo sin filtros. Nosotros en Innvictus tenemos el corazón ardiendo y queremos que el fuego te alcance.
¿Qué es hacerlo todo sin filtros? Es un modo de ser real. ¿Te has dado cuenta de que hay quien siempre quiere la aprobación ajena? Esos simps están destinados a la infelicidad eterna, nunca le darás gusto a nadie acomodándose a lo que te dicen que es lo correcto. ¿Alguna vez has pensado qué es lo correcto según tu propia brújula? Bien, estás empezando a vivir sin filtros.
El chiste de la vida es que todos vamos cambiando según el camino. ¿Darles por su lado a los demás? No, ser auténtico muchas veces implica la confrontación. Hacerlo sin filtros es atreverse a ser incómodo. Habrá siempre quien quiera detenerte. Tú hazlo sin filtros, tú presume tu arrojo y que nadie te quiera decir a cómo ser tú, qué crear y a quién amar. Sólo así se vive sin filtros.
En Innvictus tenemos varios héroes que nos han enseñado cómo vivir sin filtros. Son activistas que están cambiando al mundo, artistas que no dejan de crear a pesar de la violencia, deportistas imparables. Todos viven a tope tocando su propio tambor.
Conoce la historia completa aquí.
Nosotros admiramos a Greta Thunberg por su trabajo como activista, pero también porque recordamos este beef divertido que protagonizó en el entonces Twitter, hoy X, en 2022.
“Hola, @GretaTunberg, tengo 33 autos…”. Así le comenzó a echar hate Andrew Tate a Greta en un tuit.
Tate, con su musculatura prominente y mala actitud, quiso sacar de sus casillas a Thunberg. Pasó a hacer una lista de sus mega autos contaminantes y se tomó fotos y videos para molestar a la activista.
La gran respuesta de Greta. Un verdadero burn que se hizo viral. Como respuesta, Tate hizo más videos.
En uno de esos videos Tate apareció con cajas de pizza de una pizzería de Rumania. Resultó que en ese país Tate era buscado. Lo detuvieron casi de inmediato. Greta tuvo la última palabra: “Eso pasa cuando no reciclas tus cajas de pizza”. Uff, BURN.
Greta Thunberg no sólo salva al mundo de manera cotidiana, también tiene una mente ágil y no tiene filtros para decir verdades.
Thunberg es una de las personas más interesantes del mundo. Con su activismo ha sido la voz de su generación–la gen Z– en tema medioambientales. Ha resistido la tentación del poder fácil manteniéndose leal a su causa. Políticos poderosísimos como Putin o Trump la han atacado y ella no se ha detenido. Es una fuerza de la naturaleza, la buena de Greta.
Gracias a ella hemos aprendido a medir nuestra huella de carbono y a reconocer que no se trata de buenas intenciones: los gobiernos y nosotros mismos tenemos que cambiar nuestra relación con el medio ambiente para evitar (o reducir, parece que el cataclismo es inminente, como dice la activista, no podemos ser estúpidamente optimistas y cegarnos a la realidad) un colapso global.
Es fácil decir que el arte urbano es un arte político, es casi un lugar común. Sí, es una de las artes más fáciles de politizar y por eso muchos artistas del grafiti y la intervención urbana prefieren el anonimato o las identidades múltiples. Uno de los que han optado por ese anonimato es el famosísimo artista británico Banksy, pero no está solo en ese movimiento.
Una de las caras más importantes del arte urbano político es el francés JR. Aunque no se conoce del todo su identidad, JR es un artista bien visible. Su trabajo se puede describir como cartelismo libre. Toma fotos de sus acciones urbanas o de otros artistas y las convierte en pósters que pega en sitios concurridos como el metro o las esquinas en las que hay propaganda política. Hace collages con esas imágenes y crea murales de carteles. Su obra ha evolucionado de ser puramente estética a convertirse en verdadero activismo callejero.
Para JR el arte urbano es una cruzada que tiene que ser plasmada en todos los espacios públicos para que las voces de sus retratados se escuchen en todos los rincones de las ciudades en las que aparecen. Las calles citadinas como galerías interminables, como pancartas, como manifestaciones de las causas justas.
Su trabajo es conocido por su enfoque humanista y pacifista. Lo mismo ha trabajado en las zonas de inmigrantes en París que en la frontera entre Israel y Gaza o en las favelas de Río de Janeiro. (Por cierto, si quieres conocer su proyecto en Río, no dejes de buscar el documental Women are heroes, en el que cubre su mural contra la violencia de género en la ciudad brasileña).
En los últimos años el trabajo de JR es sobre todo monumental, con murales que ocupan grandes superficies que inclusive se convierten en vistas aéreas o que pueden apreciarse mejor con drones y se convierten en una especie de videoarte muy atractivo, emocionante.
Uno de sus murales de mayor impacto fue un proyecto realizado en varias ciudades de Estados Unidos: retrató a personas cuya vida cambió fatalmente debido a la falta de regulación en la compra-venta de armas de asalto en ese país. La revista Time retomó los murales e hizo perfiles de cada uno de los personajes retratados.
JR quiere hacer patentes el sufrimiento y la esperanza de personas que viven al borde de esta era llamada capitalismo tardío en la que vivimos. Su arte es crítico, sí, osado, pero también hermoso y divertido, cuenta historias. Quien ve un cartel o mural de JR se lo lleva en la memoria. Quien aparece en un mural de JR se vuelve parte de la gran historia política contemporánea.
Cuando el skateboarding se hizo deporte olímpico en Tokio 2020, la skater española Julia Benedetti cumplía apenas los 16 años y ya era una de las candidatas a alzarse con el oro.
16 años. A esa edad la mayoría de nosotros apenas está entrando a la prepa. Julia ya acumulaba logros. Pero en realidad, Julia sigue siendo una patinadora callejera.
Ha dicho que todavía ve la tabla como un hobby, algo que la hizo sentir libre en las calles, una más de los muchachos que hacen suyas las pistas de las ciudades. Todo cambió para Julia cuando, de manera totalmente inesperada, la invitaron al Campeonato Mundial de Skateboarding en China en 2019. Todavía requirió del permiso de sus papás y de un justificante para la escuela.
Desde ese momento, la trayectoria de Julia no ha hecho más que elevarse como lanzada por una rampa gigantesca. Está entre los diez skaters más importantes del mundo y se espera su participación en los olímpicos de París este año. Aunque en Tokio sufrió una caída en su prueba y quedó en el lugar 16, Julia no ha renunciado a su sueño de oro. Nada la detiene y la veremos volar este verano olímpico.
Así como estas personalidades viven sin filtros; es tu momento de vivir a tu manera, haz lo que quieras pero Hazlo Sin Filtros.