27 May, 2024

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La foto de calle: salte a documentar la vida cotidiana de tu ciudad

EL MUNDO Y TU CÁMARA SON TU LIENZO

VIVE EL REGRESO A CLASES CON ESTILO

Vivimos una era de esplendor para la fotografía. Cada día tomamos millones de fotos en todo el mundo, de cualquier tema, de todo lo que se nos ocurre. Google Photo calculó que en 2022 se hicieron más de cuatro millones de fotos diarias y eso que fue uno de los años que nos la pasamos encerrados por la pandemia. 

Sí, hoy todos somos fotógrafos, documentalistas, cineastas: somos narradores de nuestra vida cotidiana a través de la camarita que llevamos en nuestros smartphones. Salte a contar la vida tu ciudad, sé parte de la fotografía de calle, un arte en plena salud en todo el mundo.

La foto de calle no es invento de nuestra época, aunque pareciera que la inventamos cada vez que agarramos nuestro celular. Desde que nació la fotografía en el siglo XIX existe el interés por fotografiar estampas cotidianas. Muchas de las primeras fotos de la historia fueron retratos de gente importante (la foto era tan rara y cara que se buscaba registrar lo trascendente, que siempre ha significado lo que importa a los que ostentan alguna forma de poder). Pero también hubo quien se interesó por las escenas diarias como una forma de ensayos de lo que se podía alcanzar con la cámara, ese invento estrambótico que maravilló a su siglo.

El verdadero furor de la foto fue cuando tanto los turistas y los artistas tuvieron acceso a cámaras portátiles y de fácil manejo. El colmo de la foto diaria fue cuando la gente tuvo en sus manos la Instamatic, la cámara más sencilla de la marca Kodak. De repente la foto era también un pasatiempo muy democrático. 

De las cámaras de “juguete” a las profesionales y sofisticadas, los fotógrafos de calle no sólo fueron los artistas y periodistas, también fueron las personas como tú o yo que queremos fotos de nuestros amigos, nuestras mascotas, los conciertos y las cosas divertidas que vemos por ahí. Instagram nació para que todos nos pusiéramos a presumir nuestras historias. Nada más divertido que cuando logras contar un cuento completo en una sola story, ¿no? Y nada más perverso que stalkear la vida de tu crush en fotitos, la vida es muy corta como para no saberlo todo de él o ella o elle. 

Pero dejemos las actitudes metiches y de novi@ psicópata de las redes sociales para regresar al arte de la foto de calle. “El momento decisivo”. Así llamaba el gran fotógrafo francés Henri Cartier Bresson al momento en el que disparar la cámara se convierte en un acto de magia, en algo místico. Cartier Bresson era periodista de la vida diaria; sus fotos callejeras tratan de todo lo que su ojo maestro calculaba que se podía convertir en una escena irrepetible (todas las escena de la vida son esencialmente irrepetibles, la foto solo deja constancia de lo que la memoria olvida por ser demasiado “normal”).

Todos somos un Cartier Bresson en potencia, pero no todos tenemos el ojo o el talento para captar imágenes memorables. ¿Eso significa que estamos destinados a ser siempre el que toma fotos fuera de foco y mal encuadradas?  Ah, no, hay esperanza: es cosa de educar el ojo y tomar muchas fotos. Hay una idea, después vendrá el método. 

Escuchemos a Ricardo García Mainou, fotógrafo de calle experto que comenzó como adolescente a tomar fotografía de calle: ”Siempre hice fotografía de calle aunque no sabía que se llamaba así, que fuera una forma de tomar fotos. Salía a coleccionar fotos de extraños, tan así que cuando revelaba, mis padres me preguntaban: ‘¿bueno, y este señor quién es o por qué lo tomaste?’”. Ricardo, el niño que tomaba fotos de intimidades ajenas, sólo sabía que algo era interesante hasta que lo veía por su lente.

Pero esa no es toda la historia de Ricardo García Mainou. ¿Cómo se pasa de fotógrafo adolescente a un artista premiado? Por supuesto, tuvo que pasar por una curiosidad y una educación (y no me refiero a la educación escolar, sino a la que se vive todos los días viendo películas o deportes, leyendo o nomás andando en la calle de mirón). Ese ojo que se conforma cuando llevas un rato ejerciendo de metiche. Ricardo: ”Yo era el fotógrafo familiar, el que tomaba de las celebraciones o cuando los viajes y poco más. Primero con película, luego con cámaras digitales, siempre estuve tomando fotos”. 

¿Pero cómo se pasa de eso, a eso otro que es ganar premios y ser todo un profesional de la foto callejera? En 2016 García Mainou vio una convocatoria para un premio de foto de calle en San Francisco. A la oportunidad la pintan calva, pero con barbas: hay que agarrarla de frente y por los pelos de la cara. “Se me ocurrió mandar una foto que hice con mi celular”, explica, “la mandé a la categoría de fotografía móvil y resulta que la eligieron finalista”. 

Wow, debe haber sido muy emocionante pasar del que toma fotos en los cumpleaños que llegar a otro país y ser finalista de un concurso. Pues lo fue tanto que Ricardo agarró el avión para ver su foto exhibida y pasar un fin de semana empapado de la disciplina de la foto callejera y se enteró de la comunidad entera, mundial, de la tribu a la que pertenecía. 

Conferencias, conversaciones, exhibiciones, caminatas para cazar imágenes en las calles, amistades entusiastas: el asunto de la foto de calle era mucho más de lo que Ricardo imaginaba. Se volvió a enamorar de la fotografía. “Desde entonces comencé a hacerlo (tomar fotos callejeras) todos los días, salir con mi cámara y observar la vida diaria”. Superar la timidez de observar y hacer clic: saber que algo hay ahí. 

La foto en cuestión acabó siendo ganadora del festival en San Francisco. Y la captó casi sin querer. Vio a unos trabajadores haciendo una instalación en una construcción con unas escaleras. En la obra había varios trabajadores dedicados a diversas actividades, pero en un acto de solidaridad profesional todos colaboraron en poner las escaleras y alcanzar herramientas. Y Ricardo disparó. Su foto jugó con formas geométricas interesantes y un tema atractivo; toda una historia en un cuadro.

Tan fácil que parece. Ves “algo” y disparas. Es un impulso, una inspiración del segundo. Pero después de eso hay decisiones. Dice García Mainou: “Hay diversos tipos de fotógrafos de calle, hay quien busca imágenes surrealistas, otros que están más interesados en personajes… Yo escogí documentar la vida cotidiana de la ciudad, me atrae la belleza oculta de lo cotidiano; toda esa parte de nuestras vidas que nunca estará en los noticieros o en las primeras planas”. La historia de todos nosotros, en primera fila, en momentos chiquitos, cachitos de vida.

¿Cómo empezar? Pues así, con tu smartphone, no hace falta más, aunque luego te brinques a las grandes ligas de las cámaras profesionales. (Aunque, como Ricardo explica, hay concursos y artistas que se dedican exclusivamente a la fotografía con celulares). 

Llénate de referentes, no te quedes solamente con las tendencias de Instagram, al final esas tendencias se vuelven aburridas. Checa libros y exposiciones de los grandes fotógrafos y encuentra a tus ídolos, esos que buscan lo mismo que es importante para ti. Ellos serán tus mejores maestros. Como Ricardo, entérate de los diversos concursos de foto callejera que hay en diversas ciudades. Anímate: el mundo y tu cámara son tu lienzo. Por cierto, si quieres conocer las fotos cándidas que Ricardo García Mainou ha coleccionado durante su trayectoria, su instagram es @pursewarden y su página es rgarciamainou.com.

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