El barrio para quien no lo conoce es uno de los grandes misterios de la ciudad. “Aquí es tranquilo” suele ser una de las mentiras que más cuentan los que en el barrio viven. El barrio nunca es tranquilo ni para los que viven en él.
Cosas del barrio son las que animan Aerosol, película de Mauricio de Aguinaco disponible en Amazon Prime. Narra la historia de una colonia que podría ser cualquiera de la periferia de la Ciudad de México… ¿periferia? En una ciudad tan grande como el DF la definición de margen y periferia es, sobre todo y antes que nada, borrosa, nebulosa. Lo único claro es que en esos lugares hay violencia, drogas, desesperanza. Hasta que llega el grafiti y el hip hop, y hay una pequeña luz que lleve a la redención.
1985. Nuk es un chavo banda que se divierte dibujando y peleándose con los punks. Un mal día la pelea cruza la frontera: hay un muerto. Nuk no tiene de otra que lanzarse a Estados Unidos para salvarse de la venganza de pandillas. Atrás deja a su mamá, sus amigos, su chava y su hermanito.
Pasan los años, una década que en la vida de alguien que se la pasa rifándola es mucho tiempo. El hermano de Nuk ahora es un grafitero, Tren (Christian Vázquez). Con su crew—sus mejores amigos Trucas, Mico y Weed—, Tren domina el tráfico de pornografía pirata. Bueno, eso de dominar es un decir: venden discos copiados en el parque de skate y eso cuando no están siendo perseguidos por la bandita de narcos miniatura (unos niños que no pasan de los doce años que trabajan de halcones con el narco local).
Trucas está harto de ser un pez chico. Quiere armar una pandilla, vender drogas, ser el maldito amo por una vez. Por su parte, Tren está enamorado. No solo del grafiti sino de una morra que va con el mote de Drama. Como Tren y su banda, Drama es asidua a un antro de hip hop en el que hay concursos de breakdance en el que los mejores bailarines son supervivientes. Hay respetos que no se tocan.
En eso, Nuk (Marco Pérez) regresa a casa desde Estados Unidos, donde se ha forjado el respeto pintando murales con maestros chicanos. La década que ha pasado no ha sido amable con su propio grupo de amigos. Papel es un teporochito que duerme fuera de una iglesia, Rata ahora es un corrupto judicial. A Nuk le preocupa su hermanito y la vorágine de problemas que Tren se trae por querer ser cabeza loca sin tener idea de en lo que se mete.
El Loco (Dante Spinetta) es el malo de la historia, el rey del barrio, un vendedor de cocaína que aparte entrena como boxeador: invencible para alguien como Tren y sus amigos. Las chavas lo aman, los hombres lo respetan o le temen y quien no se discipline, pum pum pum y adiós.
Nuk solo tiene un consejo para Tren: el talento es más poderoso que el dinero. El talento es una fuente llena de poder. “El que tiene dinero ama el talento”, le dice a su hermano.
Las circunstancias de la vida barriobajera llevan a varias muertes. La agente Carmen (Vanessa Bauche) es la única policía a la que le importa el destino de los muchachos que viven y mueren por el control de unas cuadras. Lo demás es cenizas y la risa de un idiota.
Aerosol adolece de mucho de lo que sufre el cine mexicano: un mal guion, actuaciones exageradas. Se supone que nace de una historia real. Puede que eso sea cierto, pero la cinta está llena de clichés sobre “las cosas del barrio”. Su gran gracia son los diálogos en los que las majaderías suenan naturales y la música está buena. Al final suena una canción que dice que vivir con miedo a la muerte es vivir con miedo. Tren tiene que aprender que ganarse el barrio no siempre es tan glorioso como simplemente vivir sin estar asustado todo el tiempo.
Aerosol puede verse con la suscripción a Amazon Prime.