De un tiempo para acá pareciera que la música mexicana está en todas partes. No es novedad, desde hace un año ya que el corrido tumbado domina la escena mainstream no sólo de nuestro país, resulta que Doble P, Junior H y Natanael Cano se han apoderado de las principales listas de éxitos de Estados Unidos.
La banda ha dejado de ser música muy local (el tipo de música que se cuela en el radio cada cierto tiempo cuando se está haciendo un road trip al norte mexicano y desaparece en cuanto se llega a otra región) y hoy es parte de las playlists de adolescentes lo mismo en Argentina que en Miami. Fuerza Regida, Eslabón Armado, Grupo Firme, Banda MS, todos fabricantes de cimas musicales.
Entre ellos, Iván Cornejo.
Nacido en Estados Unidos pero con raíces en Michoacán (el español es su lengua familiar y por eso la escogió para su música) Cornejo canta como un desesperado, un hijo del drama macho y desgarrado de la gran tradición del rock y la música mexicana. En "El camino", la novela clave de la contracultura, Jack Keruac habla de un amigo suyo que roba carros para sentirse libre y vivo. Lágrimas corren por su cara, porque la belleza de ese atrevimiento criminal dura tan poco. Iván Cornejo canta así, como quien no tiene más esperanza que aventarse al abismo.
El género en el que Cornejo compone se llama sierreño, pero su influencia se puede rastrear en el rock indie de las últimas dos décadas—lo que es notable, puesto que Iván apenas cumplió los veinte este año, tiene cultural awareness, una de las características principales de los grandes artistas—.
En “Atención”, track de Mirada, su álbum más reciente, su voz alcanza el drama ronco de Tom Waits en clave de los Kings of Leon. En otras de sus canciones se cuelan sonidos de los Arctic Monkeys o Jack White; atmósferas a lo alt-country de Neko Case en la infecciosa “Baby Please” y un vértigo adolescente en “¡Corre!”, cover de Jesse y Joy (en voz de Cornejo se vuelve un canción para beber a solas en la esquina del bar, amargado y dolido).
Iván Cornejo no es para los que se asustan con la mezcla. Para aquellos que siguen sin interesarse en el regional mexicano, Cornejo les romperá la madre. Es fascinante. En cada canción va rompiendo estructuras y expectativas. Sin miedo, así es Iván Cornejo, un vaquero del heartbreak.