Estas fechas frías hacen que se antoje un atolito y estar metido debajo de tu sarape de tigre. Sí, ver series en la iPad empiernado con tu significant other o de plano acurrucado al estilo Homero Simpson suena al plan. Uff, pero también hay otro muy bueno que es agarrar un libro. No hay mejor compañero para las tardes frías que alguien que te platica una historia.
En otoño se vive una gran temporada de lanzamientos literarios. En habla hispana se acerca la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la gran fiesta editorial del año. En Estados Unidos se acerca la temporada de premios. Globalmente, el Nobel de literatura marca a la nueva estrella literaria.
A continuación, seis de los lanzamientos más esperados del fin de año y te los acompañamos con algo de música para la playlist otoñal.
No soy un robot, de Juan Villoro. El buen Villoro es el tío buena onda que todos queremos tener. ¿Un buen libro de crónica? Villoro. ¿Uno sobre rock? Sí, con él. ¿Y qué tal de ensayo? Nadie tan bueno como Juan Villoro para encontrar la trama en temas escabrosos, novedosos y veleidosos y aparte aparte hacerlo de la manera más clara y chistosa. No soy un robot es su nuevo libro de ensayo y aquí tacklea por la cintura un tema que escapa pero del que nadie se puede escapar: la cada vez más insidiosa IA en nuestra vida diaria. No soy un robot va también de cyborgs, redes sociales (un tema que, ay, ya hasta suena viejo) y, claro, inteligencias artificiales y falsas. El libro es un viaje por la memoria, fantasía, el amor y la maravilla de la literatura en todas las épocas, pero especialmente en la nuestra, tan caprichosa.
La que no es nada artificial es la voz de Villoro: canta sabroso y libre como Bruce Springsteen. Por eso para este libro te recomendamos el álbum The River, en el que Springsteen le canta a mundos que van desapareciendo en los recuerdos.
Medea me cantó un corrido, de Dahlia de la Cerda. Provocadora y buscapleitos, así es Dahlia de la Cerda. En su cuenta de X se la pasa peleando acá y allá. Sus haters pueden gritarle de cosas, que es vulgar o mala escritora: ella como Shakira, facturando. Lo divertido de Dahlia es que no se disculpa por ser una autora leída y exitosa. Sus temas van de la violencia y la vida barrial. A pesar de que sus cuentos a veces se sientan muy forzados (digamos, como ver un capítulo de una narcoserie en Netflix, algunas cosas de plano dices: “Naaaaah, así no habla esa banda”), ninguno es aburrido.
Si es la primera vez que te acercas a De la Cerda, empieza por el principio, con Perras de reserva. Si la onda te gustó, Medea me cantó un corrido te va a encantar. Continúa con los mismos temas y personajes. Los cuentos están entrelazados por la presencia de la misteriosa Medea, ser mitológico que viene a proteger a los caídos en desgracia. Esa concatenación de historias funcionan como una novela fragmentaria. Reirás y te conmoverá.
Para leer a Dahlia conviene el rock urbano de El Haragán y compañía, pero también Los Temerarios, Los Acosta y los narcocorridos. Más inesperado: hip Hop mexicano como Santa Fe Klan y Sipo One.
The Great When, de Alan Moore. ¿Te laten las novelas gráficas? ¿Te gustaron películas como Watchmen y V de Vendetta? Entonces sabes que Alan Moore es el genio del cómic adulto. Moore es berrinchudo y se desliga de cualquier adaptación de su obra, pero sus novelas gráficas han capturado la imaginación de generaciones.
Menos conocida es la vertiente puramente literaria de su trabajo. Con Jerusalén, Moore creó un universo delirante hasta la borrachera. Más convencionales son los cuentos de la colección Illuminations, sin mermas. Ahora, con The Great When el maestro comienza una nueva saga en cuatro entregas sobre Great London, una ciudad en la que conviven la guerra y la destrucción con los sueños y la belleza, y estos con la pereza y el miedo. La novela abarca varias líneas temporales y a veces es difícil seguirle el ritmo: no te rindas, el esfuerzo paga un millón de veces.
Para acompañar esta épica, Led Zeppelin. Sobre todo, pon en repeat “Achilles Last Stand”.
Polostan, de Neal Stephenson. Si lo tuyo es la ciencia ficción, tienen que conocer a Neal Stephenson. Es, lejos, el mejor escritor sci-fi de esta generación. Si con Criptonomicón le hizo el mejor homenaje que se le ha hecho al genio de la encriptación, Alan Turing.
Con Polostan, Stephenson regresa a sus temas predilectos: los grandes hechos históricos y cómo la tecnología de guerra ha transformado la vida de la humanidad en todos los ámbitos. La novela es la primera entrega de una serie planeada en cuatro tomos sobre la era atómica.
Para leer a Neal Stephenson hay que escuchar a Metallica y su canción “One”, canto de los horrores de la guerra contra los que nos está advirtiendo el autor.
The Color of Revenge, de Cornelia Funke. No puede faltar la fantasía en esta lista. Este libro ha sido esperado por toda una década. Funke es una escritora para niños que con la trilogía Mundo de Tinta explora temas más adultos, aunque siempre muy divertidos y llenos de humor. Un canto de amor a los libros y su historia, la serie va de un grupo de personas del mundo real que se ven tragados por un mundo ficticio que se siente más presente e inmediato que la realidad dejada atrás.
Hoy, después de la publicación del último libro de la trilogía llega un cuarto título que viene a dar el final de finales a la historia. A México la versión en español llega el año próximo al catálogo del Fondo de Cultura Económica, pero si ya se te cuecen las habas, en inglés ya está disponible.
Para Mundo de Tinta, la mejor canción es “The Man Who Sold the World”, de David Bowie.
La vegetariana, de Han Kang. Muchas veces el premio Nobel de literatura es visto con desprecio por los lectores más críticos y, la verdad, aburridos. Algunos de ellos piensan que nada nuevo hay que descubrir y se pierden de grandes cosas. El Nobel de literatura de este año es una verdadera epifanía: la coreana Han Kang es una escritora diáfana y poética. Su libro La vegetariana, con el que ya había ganado el Booker Internacional–un premio tan prestigioso como el Nobel–, va de un horror socio-corporal: una mujer se siente asqueada por una pesadilla llena de crueldad animal y decide volverse vegetariana. Esa decisión, tan personal como política, la convertirán en el centro de una guerra cultural en su entorno más íntimo.
Para leer a Han Kang: “In My Life”, de The Beatles, funciona como un contrapunto irónico perfecto.